El Método de Preocupación Compartida, propuesto por Anatol Pikas, tiene cinco fases
que deben desarrollarse completamente para que tengan éxito:
Fase 1 → Conversaciones individuales con los intimidadores: en esta fase el
interventor (que puede ser un profesor, el psicólogo escolar o un asesor
externo) se reúne individualmente con cada uno de los intimidadores, con el fin
de empezar a establecer con ellos una relación de confianza y romper con la
influencia que el resto del grupo ejerce en él (Pikas, 2004). Posteriormente,
el interventor empezará a fomentar que el intimidador genere posibles
soluciones a la situación, reforzando todos los comentarios positivos del
estudiante.
Fase 2 → Inmediatamente después de las conversaciones con los intimidadores,
el interventor deberá hablar con la víctima para escuchar su punto de vista
frente a la situación, dando muestras de empatía y a su vez, indagar para saber
si la víctima es pasiva (que no contribuye a la intimidación) o provocadora
(que tiene conductas que incomodan a los intimidadores, con frecuencia
agresivas, las cuales ellos usan como “excusa” para sus acciones).
Fase 3 → El interventor reúne a los intimidadores y los felicita por los progresos alcanzados. Posteriormente sugiere incorporar a la víctima a este proceso y busca que los intimidadores expresen una actitud positiva frente a su participación.
Fase 4 → Ésta es la fase en que se encuentran intimidadores y víctima. El objetivo de esta fase es que
todos establezcan acuerdos constructivos que permitan una coexistencia pacífica
entre las partes (Pikas, 2004), explicitando claramente qué es lo que cada uno
va a hacer. Además, el interventor ayuda a que el grupo establezca qué sucederá
si alguien no cumple lo acordado.
Fase 5 → Finalmente, el interventor deberá reunirse con los intimidadores un
tiempo después de la reunión del grupo, con el fin de conocer los progresos
logrados y de felicitarlos por su conducta.
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